Como todo grupo de amigas, solemos a quedar a tomar un café de vez en cuando para no perder lo que un día empezó en la universidad. Un día nos dimos cuenta de los sencillos diseños de nuestras tazas, y como buenas amantes de estas decidimos hacer algo al respecto.
Buscando hacer algo distinto, un día fuimos a un taller de tazas de cerámica, plan que nos gustó mucho y al que volvimos un par de veces más. Poco a poco nuestro círculo cercano se empezó a interesar por nuestras nuevas tazas, y fue ahí cuando nos dimos cuenta que de un pequeño plan había nacido una gran idea.